Costa Rica: Día Nacional de las Personas con Discapacidad
Los motivos que tenemos para celebrar acontecimientos o decretar conmemoraciones son abundantes, y todos los días se celebra uno o muchos. Al igual que los motivos, los sentimientos que cada una de esas fechas provocan, son múltiples y variados y transcurren desde la alegría hasta la tristeza, pero de cualquier modo, nos sirven siempre para reflexionar y fortalecer o rectificar nuestras actitudes.
El 29 de mayo, gracias a la Ley 8671 que en el 2008, como un acto de sincero compromiso y fortalecido por sus vivencias personales promovió el entonces diputado don Alberto Salom; celebramos en nuestro país el “Día Nacional de las Personas con Discapacidad”. El motivo de tal declaración, se debe a que ese mismo día del año 1996, se promulgó la Ley de Igualdad de Oportunidades para las Personas con Discapacidad (Ley 7600).
A pesar de los esfuerzos y sacrificios de muchas personas, organizaciones e instituciones, que alrededor del mundo y en nuestro país trabajan por el bienestar y más y mejores oportunidades para que las personas con discapacidad puedan vivir con dignidad y disfrutar de los derechos que como seres humanos poseen; de acuerdo con los informes de los organismos de Naciones Unidas, la realidad de este sector de la población no puede provocar menos que sentimientos de pesar y por qué no decirlo, hasta de vergüenza. Quienes han tenido en sus manos la opción de tomar decisiones que cambien esa realidad, en muchos casos y momentos no lo han hecho.
Por otro lado, en un sector muy significativo de la población, las personas con discapacidad siguen provocando los mismos sentimientos de lástima y compasión que han conducido durante siglos a su marginación y menosprecio. La erradicación de esos sentimientos no sólo es difícil de alcanzar, sino que exige entre otras cosas, al menos contacto personal y el conocimiento suficiente que provoque un verdadero cambio de actitud y pensamiento.
El Informe Mundial sobre Discapacidad de la OMS (2010), refleja una realidad que debe provocar seria preocupación, porque en el mismo se evidencia que se continúa tolerando la discriminación, la segregación y la restricción al disfrute de los más elementales derechos humanos a este sector de la población. En el prólogo del informe, Stephen Hawking nos narra cómo él y otros en el mundo, han contado con oportunidades para sobrevivir , desarrollarse y contribuir con importantes aportes que benefician al resto de la humanidad. Escribe Hawking: “Al leer el Informe mundial sobre la discapacidad, muchos aspectos me han evocado mi propia experiencia. Yo he podido beneficiarme de un acceso a atención médica de primera clase, y dependo de un equipo de asistentes personales que hacen posible que viva y trabaje con comodidad y dignidad. Mi casa y mi lugar de trabajo han sido adaptados para que me resulten accesibles. Expertos en computación me han apoyado con un sistema de comunicación asistida y un sintetizador de habla, lo cual me permite preparar conferencias e informes y comunicarme con audiencias diversas. Pero soy consciente de que he tenido mucha suerte, de muy diversos modos. Mi éxito en la física teórica me ha asegurado el apoyo necesario para vivir una vida digna de ser vivida. Está claro que la mayoría de las personas con discapacidad tienen enormes dificultades para sobrevivir cotidianamente, no digamos ya para encontrar un empleo productivo o para realizarse personalmente”.
Pero como también lo revela el informe, las dificultades y la falta de oportunidades son la realidad a la que se enfrentan la inmensa mayoría de las personas con discapacidad. “En todo el mundo, las personas con discapacidad tienen peores resultados sanitarios, peores resultados académicos, una menor participación económica y unas tasas de pobreza más altas que las personas sin discapacidad. En parte, ello es consecuencia de los obstáculos que entorpecen el acceso de las personas con discapacidad a servicios que muchos de nosotros consideramos obvios, en particular la salud, la educación, el empleo, el transporte, o la información. Esas dificultades se exacerban en las comunidades menos favorecidas”.
En los sistemas de salud, las personas con discapacidad tienen el doble de posibilidades que el común de las personas, de tener que enfrentarse a actitudes de confusión, temor y hasta impotencia por parte del personal de salud, aunado a que las condiciones de los centros de atención son generalmente inadecuadas. Las personas con discapacidad tienen tres veces más posibilidades de que se les niegue la atención de la salud y cuatro veces más posibilidades de que las traten mal, según el informe.
Al mismo tiempo, el 80% de las personas con discapacidad vive en países de bajos ingresos y solo del 5 al 10% tienen acceso a la atención médica y a servicios de rehabilitación en esos países. Los servicios de rehabilitación usualmente no alcanzan a las personas más allá de las capitales o las grandes ciudades, y las personas con discapacidades severas o múltiples, inmigrantes, refugiados y mujeres con discapacidad son quienes más sufren.
Seguimos pues a la espera de toma de decisiones definitivas, que surjan del conocimiento de esta realidad y no solo de otros cuestionados “sentimientos” o intereses personales o partidarios. Se requieren decisiones firmes que provoquen de forma inmediata un cambio palpable en las actitudes negativas; que garanticen la prestación de servicios en condiciones de dignidad y privacidad, el financiamiento requerido para mejorar la accesibilidad, estudios serios y convincentes sobre la verdadera situación; el fortalecimiento y la participación de las organizaciones de personas con discapacidad en la planificación, desarrollo, monitoreo y evaluación de todos los planes y programas que les afecten.Cuando eso sea una realidad, podremos celebrar con alegría y orgullo.
Fuente: http://www.redodicec.org/boletin/en-accion-7/costa-rica-dia-nacional-de-las-personas-con-discapacidad/
